Culture shapes everything. It's not just what we believe—it's who we are and how we behave. According to Central California Conference President Ricardo J. Viloria, it's time to intentionally cultivate a culture that reflects God's heart: where people flourish, the organization thrives and the mission is fulfilled.


Defining healthy culture
A healthy culture is a Christ-centered environment where people feel safe, valued, connected, and aligned with purpose, Viloria explains. In such an environment, leaders are spiritually grounded and emotionally healthy. Collaboration replaces isolation. Students and young people are nurtured with purpose. There's clarity, trust, and compassionate accountability throughout the organization.
"Culture is the soil where mission grows—or where it dies," Viloria said. "A toxic culture will destroy the best strategies. A healthy culture will multiply impact."

A clear vision forward
Viloria's vision for the conference centers on seeing people flourish, churches and schools thrive, and the mission fulfilled across four key areas.
Flourishing people must be the foundation, he believes. This means people are supported spiritually, emotionally, and professionally. They're equipped through mentorship, rest, and growth opportunities. Most importantly, they're connected and cared for, not isolated in their ministry roles.
Thriving organization requires healthy teams working across departments, churches, schools, and campuses. The processes should serve people rather than burden them, Viloria emphasized. Leadership must be marked by compassionate accountability—holding each other to excellence with grace.
Vibrant schools and young people represent the future. Schools should function as mission centers, growing disciples and leaders. Students must be seen, loved, and challenged to grow. The conference must invest in both the present and future of the church.
"We are not just preparing young people for tomorrow—we are empowering them to lead today," Viloria said.
Fulfilled mission encompasses churches that are mission-focused and communities reached with love and compassion. There should be a shared sense of purpose from office to pulpit, uniting the entire conference in common goals.

Four foundational values
These values form the heart of the culture being built across the Central California Conference, according to Viloria.
Connection with God means personal and collective dependence on Christ through daily surrender, prayer, and spiritual renewal. "There is no lasting impact without deep spiritual roots," he said.
Collaboration moves the organization from independence to interdependence through teamwork across churches, schools, departments, and campuses. "We may move fast alone, but we go far together," Viloria noted.
Unity—not uniformity—includes shared mission, values, hope, and respect. The conference practices healthy conflict resolution and trust-building. "Unity is the fuel of mission," he said.
Healthy culture creates a safe, transparent, and encouraging environment where emotional and relational health are ministry priorities. Compassionate accountability becomes the norm. "We speak the truth in love. We challenge with grace. We care enough to help each other grow," Viloria explained.
A collective responsibility
Viloria emphasized that he cannot shape this culture alone. He needs every pastor, teacher, administrator, staff member, and church member to join this effort. All are culture carriers with the responsibility to intentionally build an environment where pastors, teachers, and personnel are thriving, not just surviving. Where schools are centers of mission. Where young people are empowered to lead. Where the church moves forward with joy.


Moving forward together
Viloria envisions a conference where pastors, teachers, staff, and students flourish, where the organization is vibrant, and where every church feels part of something greater—a living, breathing movement of God's kingdom. This vision is not for someday but for today.
"A healthy culture is not just an advantage—it is a gospel witness," Viloria said. As the conference moves forward together, the goal is to create an environment that not only serves the mission but demonstrates God's love to communities and the world.
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Edited by Justin Kim
Cambio estragégico de cinco años: cultura saludable gente exitosa, organización próspera, misión cumplida
La cultura lo moldea todo. No es solo lo que creemos, es quiénes somos y cómo nos comportamos. Según el presidente de la Central California Conference, Ricardo J. Viloria, es hora de cultivar intencionalmente una cultura que refleje el corazón de Dios: donde las personas florecen, la organización prospera y la misión se cumple.


Definición de cultura saludable
Una cultura saludable es un entorno centrado en Cristo donde las personas se sienten seguras, valoradas, conectadas y alineadas con un propósito, explica Viloria. En tal entorno, los líderes están espiritualmente arraigados y emocionalmente sanos. La colaboración reemplaza el aislamiento. Los estudiantes y los jóvenes se nutren con un propósito claro. Hay claridad, confianza y responsabilidad compasiva en toda la organización.
«La cultura es el suelo donde crece la misión, o donde muere», dijo Viloria. «Una cultura tóxica destruirá las mejores estrategias. Una cultura saludable multiplicará el impacto».

Una visión clara de futuro
La visión de Viloria para la conferencia se centra en ver a las personas florecer, las iglesias y las escuelas prosperar, y la misión cumplida en cuatro áreas clave.
Personas florecientes debe ser la base, cree. Esto significa que las personas reciben apoyo espiritual, emocional y profesional. Están equipadas a través de oportunidades de tutoría, descanso y crecimiento. Lo más importante es que están conectados y atendidos, no aislados en sus roles ministeriales.
Organización próspera requiere equipos saludables que trabajen en todos los departamentos, iglesias, escuelas y campus. Los procesos deben servir a las personas en lugar de sobrecargarlas, enfatizó Viloria. El liderazgo debe estar marcado por la responsabilidad compasiva, manteniéndose unos a otros en la excelencia con gracia.
Escuelas y jóvenes vibrantes representan el futuro. Las escuelas deben funcionar como centros misioneros, discípulos y líderes en crecimiento. Los estudiantes deben ser vistos, amados y desafiados a crecer. La conferencia debe invertir tanto en el presente como en el futuro de la iglesia.
«No solo estamos preparando a los jóvenes para el mañana, sino que los estamos capacitando para liderar hoy», dijo Viloria.
Misión cumplida abarca iglesias que se centran en la misión y comunidades alcanzadas con amor y compasión. Debe haber un sentido compartido de propósito desde el cargo hasta el púlpito, uniendo a toda la conferencia en objetivos comunes.

Cuatro valores fundamentales
Estos valores forman el corazón de la cultura que se está construyendo en la Central California Conference, según Viloria.
Conexión con Dios significa dependencia personal y colectiva de Cristo a través de la entrega diaria, la oración y la renovación espiritual. «No hay impacto duradero sin profundas raíces espirituales», dijo.
Colaboración mueve a la organización de la independencia a la interdependencia a través del trabajo en equipo entre iglesias, escuelas, departamentos y campus. «Podemos movernos rápido solos, pero llegamos lejos juntos», señaló Viloria.
Unidad—no la uniformidad— incluye la misión, los valores, la esperanza y el respeto compartidos. La conferencia practica la resolución saludable de conflictos y la creación de confianza. «La unidad es el combustible de la misión», dijo.
Cultura saludable crea un entorno seguro, transparente y alentador donde la salud emocional y relacional son las prioridades del ministerio. La responsabilidad compasiva se convierte en la norma. «Decimos la verdad con amor. Desafiamos con gracia. Nos preocupamos lo suficiente como para ayudarnos mutuamente a crecer», explicó Viloria.
Una responsabilidad colectiva
Viloria enfatizó que no puede dar forma a esa cultura solo. Necesita que cada pastor, maestro, administrador, miembro del personal y miembro de la iglesia se una a ese esfuerzo. Todos son portadores de cultura con la responsabilidad de establecer intencionalmente un entorno donde los pastores, maestros y personal prosperen, no solo sobrevivan. Donde las escuelas son centros de misión. Donde los jóvenes están capacitados para liderar. Donde la iglesia avanza con alegría.


Avanzando juntos
Viloria imagina una conferencia donde florezcan pastores, maestros, personal y estudiantes, donde la organización sea vibrante y donde cada iglesia se sienta parte de algo más grande: un movimiento vivo y palpitante del reino de Dios. Esa visión no es para algún día sino para hoy.
«Una cultura saludable no es solo una ventaja, es un testimonio del evangelio», dijo Viloria. A medida que la conferencia avanza junta, el objetivo es crear un entorno que no solo sirva a la misión, sino que demuestre el amor de Dios a las comunidades y al mundo.
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Editado por Justin Kim