How Orosi Church Turned Digital Clicks Into Real-Life Bible Studies

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Prayer Ads to Pew Seats

Prayer ads on Facebook have done more than collect clicks for Orosi church—they’ve opened Bibles and filled pews. Pastor Daniel Miranda began the digital evangelism prayer ads with one simple conviction: “If Jesus met people at wells and marketplaces, His church must meet people where they gather today—online.” 

 

Launching faith online

Pastor Daniel Miranda prays at the Orosi church.
Pastor Daniel Miranda prays at the Orosi church.

When Miranda first suggested running prayer ads on Facebook, some members of the Orosi church wondered whether digital outreach could bear fruit in their small agricultural town. Yet—supported by conference funding and guidance from the communication department—the ads soon routed a wave of prayer requests straight to the church. Within days, the digital missionaries’ phones lit up nonstop with prayer requests: concerns about failing health, strained marriages, financial pressures, and grief. For Miranda, those requests confirmed that in 2025 digital evangelism is no luxury; it is a necessity.

 

Prayers to pews

Miranda loves to tell the story of Myra, who clicked on a prayer ad. Battling illness and anxious for her grandson’s future, she submitted prayer requests to the Orosi church. Miranda assigned her request to one of the church’s digital missionaries, and the two quickly formed a beautiful friendship—Myra had found not a stranger but a sister in Christ. A week later she asked if she could visit the Orosi church “just to meet the people who were praying for me.” Today she attends weekly Bible studies, is planning her grandson’s dedication, and invites family members to worship—evidence, Miranda said, that she “found the church she’d been looking for.”

 

Screens to sanctuary

Miranda shared another story—about José’s family. Grieving the recent loss of both parents, José clicked the Orosi church’s Facebook prayer ad and typed a desperate request. “I never expected an answer so quickly,” he later said. Miranda responded at once, prayed with him online, and soon arranged an in‑person visit. Sitting in José’s living room, they opened Scripture, prayed for comfort, and formed a bond that led the entire family to attend Sabbath worship. Church members warmly welcomed them, turning a digital encounter into face‑to‑face fellowship. “I’m so grateful that a conversation online brought us all the way to church,” José reflected.

 

A church re‑energized

Dee Dee Bindernagel (right), Director of Digital Evangelism at Orosi church.
Dee Dee Bindernagel (right), Director of Digital Evangelism at Orosi church.

Through the ads, the Orosi church has become far more visible in the community and has even reconnected with members who had slipped away. “Some who left years ago saw the ads, realized the church is still here, and reached out,” Miranda reported. The project has also ignited fresh missionary passion within the congregation. “They had the desire, and they’ve done wonderful work,” he said, adding, “Sometimes we think we know who is fit for this work, but that’s God’s decision. I can’t deny the opportunity to anyone willing to serve.” The result? Orosi church feels newly energized—its members convinced that when love meets consistency, prayers really can lead people to the pews.

 

Lessons learned

What has the team discovered?

  1. Simplicity wins. Basic graphics, clear messaging, and quick, heartfelt replies opened the door to spiritual conversations in the digital space.
  2. Every member can serve. Training was minimal; desire to help was enough. “God calls and equips,” Miranda said.
  3. Consistency matters. Follow‑up turns a one‑time prayer into an ongoing friendship.

Miranda’s advice to other churches is direct: pray, start small, listen more than you speak, and record every contact so no one is overlooked. “If you love people and you’re good at making friends,” he said, “digital ministry is for you. Just be consistent.”

Members of the Orosi Church praying over the José family.
Members of the Orosi Church praying over the José family.

A call to action

Running ads can be inexpensive—sometimes as little as $10 a week—and the reach is vast. Miranda imagines a wave of Central California congregations using similar prayer ads to connect with neighbors and open Bibles across the region. “If our church can move someone from a Facebook scroll to a Bible study and a seat in the sanctuary,” he said, “imagine what God can do through dozens of churches that choose to press ‘Post’ for His kingdom.”

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By Bryan Bong

 

 

 

De anuncios de oración a las bancas: 

Cómo la iglesia de Orosi convirtió los clics digitales en estudios bíblicos

Los anuncios de oración en Facebook han hecho más que recolectar clics para la iglesia de Orosi: han abierto Biblias y llenado bancos. El pastor Daniel Miranda comenzó los anuncios de oración de evangelismo digital con una simple convicción: «Si Jesús se encontró con personas en pozos y mercados, su iglesia debe encontrarse con personas donde se reúnen hoy: en línea». 

 

Lanzando la fe en línea

El pastor Daniel Miranda ora en la iglesia de Orosi.
El pastor Daniel Miranda ora en la iglesia de Orosi.

Cuando Miranda sugirió por primera vez publicar anuncios de oración en Facebook, algunos miembros de la iglesia de Orosi se preguntaron si el alcance digital podría dar frutos en su pequeño pueblo agrícola. Sin embargo, con el apoyo de los fondos de la conferencia y la orientación del departamento de comunicaciones, los anuncios pronto dirigieron una ola de solicitudes de oración directamente a la iglesia. En cuestión de días, los teléfonos de los misioneros digitales se iluminaron sin parar con peticiones de oración: preocupaciones sobre el deterioro de la salud, matrimonios tensos, presiones financieras y dolor. Para Miranda, esas peticiones confirmaron que en 2025 el evangelismo digital no es un lujo; es una necesidad.

 

De oraciones a los bancos

A Miranda le encanta contar la historia de Myra, que hizo clic en un anuncio de oración. Luchando contra la enfermedad y ansiosa por el futuro de su nieto, presentó peticiones de oración a la iglesia de Orosi. Miranda asignó su solicitud a una de las misioneros digitales de la iglesia, y las dos rápidamente formaron una hermosa amistad: Myra no había encontrado a una extraña, sino a una hermana en Cristo. Una semana después, preguntó si podía visitar la iglesia de Orosi «solo para conocer a las personas que estaban orando por mí». Hoy asiste a estudios bíblicos semanales, está planeando la dedicación de su nieto e invita a los miembros de su familia a adorar, evidencia, dijo Miranda, de que «encontró a la iglesia que había estado buscando».

 

De pantallas al santuario

Miranda compartió otra historia, sobre la familia de José. Afligido por la reciente pérdida de ambos padres, José hizo clic en el anuncio de oración de Facebook de la iglesia de Orosi y escribió una solicitud desesperada. «Nunca esperé una respuesta tan rápida», dijo más tarde. Miranda respondió de inmediato, oró con él en línea y pronto organizó una reunión‑visita personal. Sentados en la sala de estar de José, abrieron las Escrituras, oraron por consuelo y formaron un vínculo que llevó a toda la familia a asistir al culto del sábado. Los miembros de la iglesia les dieron una calurosa bienvenida, convirtiendo un encuentro digital en un compañerismo en persona. «Estoy muy agradecido de que una conversación en línea nos haya llevado a la iglesia», reflexionó José.

 

Una iglesia revitalizada

Dee Dee Bindernagel, Directora de Evangelismo Digital en la iglesia de Orosi.
Dee Dee Bindernagel, Directora de Evangelismo Digital en la iglesia de Orosi.

A través de los anuncios, la iglesia de Orosi se ha vuelto mucho más visible en la comunidad e incluso se ha reconectado con miembros que se habían alejado. «Algunos de los que se fueron hace años vieron los anuncios, se dieron cuenta de que la iglesia todavía está aquí y se acercaron», informó Miranda. El proyecto también ha encendido una nueva pasión misionera dentro de la congregación. «Tenían el deseo, y han hecho un trabajo maravilloso», dijo, y agregó: «A veces pensamos que sabemos quién es apto para este trabajo, pero esa es la decisión de Dios. No puedo negar la oportunidad a cualquiera que esté dispuesto a servir». ¿El resultado? La iglesia de Orosi se siente renovada con energía: sus miembros están convencidos de que cuando el amor se encuentra con la constancia, las oraciones realmente pueden llevar a las personas a las bancas.

 

Lecciones aprendidas

¿Qué ha descubierto el equipo?

  1. La simplicidad gana. Los gráficos básicos, los mensajes claros y las respuestas rápidas y sinceras abrieron la puerta a conversaciones espirituales en el espacio digital.
  2. Todos los miembros pueden servir. La formación fue mínima; las ganas de ayudar eran suficientes. «Dios llama y equipa», dijo Miranda.
  3. La consistencia importa. El seguimiento convierte a una oración en una amistad continua.

El consejo de Miranda a otras iglesias es directo: oren, comiencen con algo pequeño, escuchen más de lo que hablan y registren cada contacto para que nadie sea pasado por alto. «Si amas a las personas y eres bueno para hacer amigos», dijo, «el ministerio digital es para ti. Solo hay que ser coherente».

Miembros de la Iglesia Orosi ora por la familia José.
Miembros de la Iglesia Orosi ora por la familia José.

Un llamado a la acción

La publicación de anuncios puede ser económica, a veces tan solo $10 a la semana, y el alcance es enorme. Miranda imagina una ola de congregaciones del centro de California que utilizan anuncios de oración similares para conectarse con los vecinos y abrir Biblias en toda la región. «Si nuestra iglesia puede llevar a alguien de un anuncio en Facebook a un estudio bíblico y un asiento en el santuario», dijo, «imagínese lo que Dios puede hacer a través de docenas de iglesias que eligen presionar “post” para su reino».

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Por Bryan Bong